miércoles, 16 de julio de 2008

LA SOJA

La soja


Por Oscar Natalichio

La soja y el mal llamado paro del campo: considero, estimo, evalúo, que después de los golpes militares esta es la situación mas difícil que esta atravesando el país, este es otro golpe potencialmente sangriento que se esta gestando por parte de un sector de la sociedad, que es paradójicamente el enormemente beneficiado en este tiempo político. En principio quería señalar algunas cosas porque vale la pena tenerlo en cuenta, porque en la lucha ideológica hay que tener datos:

En enero del 99, en el famoso todavía uno a uno, la tonelada de soja estaba 170 dólares, el precio internacional, como en el uno a uno 170 pesos. No hubo cortes, no hubo paros, no hubo manifestaciones de ningún tipo, en la avenida Santa Fe no se puso la bandera Argentina. Porque se ponen la escarapela y la bandera argentina estos que son los traidores de la patria, hay que tenerlo también en cuenta.

En enero de 2008, nueve años después, la tonelada de soja estaba a 528 dólares, de 170 la tonelada de soja pasó a 528 y el tipo de cambio no es de uno a uno, es tres a uno. Quiere decir que triplicó el precio en pesos, además del aumento en dólares que se produjo. Esto significó una tremenda riqueza.

Esta tremenda riqueza llevada a pesos significa, suponiendo que no hubiese ningún tipo de retenciones en el año 1999, que de hecho no la había, siempre hay algún tipo de descuento, pero suponiendo que no, se recibía 170 pesos y aun con el 44 por ciento de la retención hoy se recibe 1100 pesos. 170 contra 1100 pesos, seis veces y media más de recaudación. Ningún salario subió seis veces y media más desde el 99 a acá, a duras penas algunos se duplicaron y un poco más en alguno que otros sectores, ningún salario subió eso. Tampoco ningún costo interno subió seis veces y media más, lo que significa también una tremenda rentabilidad que han recibido a estos poseedores de tierras y poseedores del negocio agro-financiero.

Vamos a explicar por qué aumentó la soja de 170 a 528. Esto se debe a ciertos cambios en el mercado internacional donde juegan fundamentalmente tres aspectos: un aspecto bien humanitario es que los chinos quieren comer más, como dijo Lula, los hindúes también, pero fundamentalmente los chinos, entonces compran más soja, no para comerse la soja sino para comerse los animales que engordan la soja, fundamentalmente los pollos, las aves de corral y los cerdos y el ganado vacuno.

En segundo lugar a alguien se le ocurrió hacer combustible con soja, el biocombustible. Por lo tanto esos precios aumentan porque algunas comunidades, como la europea, han puesto como requisito que una parte del combustible que se utilice sea derivado de los vegetales, o sea de la soja, fundamentalmente en el caso del biodiesel o del maíz en el caso del etanol. Esto ha producido también una potencial demanda de estos productos que no van a estar dedicados a alimentarse a los humanos, directa o indirectamente sino a alimentar máquinas.

Y en tercer lugar, casi con una incidencia casual ha sido la mala cosecha que tuvo Estados Unidos que es el principal productor de soja a nivel mundial. Este concepto de ganancias que se producen por razones internacionales se denomina generalmente ganancias extraordinarias, donde no tiene nada que ver el productor local. No son incidencias acá de mayor eficiencia, ni de mayor cantidad de trabajo, ni de mayor voluntad, ni de mayor inteligencia, son coyunturas internacionales.

Cuando esas coyunturas internacionales se producen los países burgueses, no los socialistas, suelen considerar esas ganancias como ganancias nacionales. Después el estado burgués hará lo que quiera, meterá más militares o hará más escuelas, eso va a depender de otra cuestión, pero las ganancias son ganancias extraordinarias que se producen por la situación descripta. Y no son propiedad de los que venden el producto o cosechan el producto, sino del estado nacional. Así lo hacen en todas partes del mundo, menos en la Argentina.

En la Argentina el estado ha tratado de paliar esa situación de no quedarse con las ganancias a través de las retenciones, es simplemente compartir esas ganancias extraordinarias, que ningún país burgués comparte, con los propietarios de los medios de producción agrícola-ganaderos. Entonces acá los propietarios tienen una gran ventaja.

Pero vamos a explicar brevemente por qué esas ganancias son nacionales: porque puede pasar al revés, puede pasar que el precio de la soja pase a 100 o a 50 dólares la tonelada, entonces hay pérdida y quien asume esas pérdidas, el estado. Y cuando decimos el estado decimos todos nosotros.

Entonces como puede ser que cuando haya pérdidas el estado las asuma y cuando haya ganancias haya que dárselas a esos ‘crápulas’.

Es fundamental tener en cuenta esto, porque este golpe que se está gestando está hecho por los agro-financieros. Esa es una parte, vamos a ver la otra parte.
“Los cambios en la composición social del campo”, es muy importante tenerlo en cuenta: Yo tengo 200 hectáreas y las arrendó y me dan por esas 200 hectáreas 240 mil pesos, 20 mil pesos por mes. me los dan anticipadamente, quién me los da? Los grupos que trabajan en el negocio de los comodites.

Un gran capital financiero se dedicó a negociar esto y ese gran capital financiero puede anticipar porque tiene el dinero sin actividad, puede anticipar el pago de 240 mil dólares a un chacarero que ya no es más chacarero, pasa de chacarero a arrendatario. La diferencia fundamental de un chacarero, verdadero, es el que se levanta a la mañana, toma mate, come asado frío que le quedo de la noche junto con el mate, sale a trabajar con el tractor, trabaja, vuelve, duerme una siesta, sigue trabajando con el tractor y vuelve. Ahora el arrendatario se queda todo el día en la ciudad mas cercana, haciendo sapo, o sea no haciendo nada. Pero no haciendo nada sería lo mejor, conspirando que es lo peor.

Y esto ha cambiado la composición de muchos hombres, porque algunos han vendido los campos porque también ese tipo de arrendamientos han hecho subir mucho el precio de los campos. Campos de la Pampa Húmeda que valían 1000 dólares la hectárea pasaron a valer 12 mil dólares la hectárea, 9 mil dólares la hectárea. Quiere decir que cualquier hombre que está considerado como pequeño chacarero pasó a ser millonario en dólares por el valor de la hectárea, entonces pueden haber resuelto, una parte, vender su campo y dirigirse a la ciudad más cercana.

Con un ingreso de 20 mil pesos mensuales en su ciudad más cercana, cuyo promedio de ingreso (Pergamino por ejemplo) no supera los mil pesos, imagínese lo que puede hacer un chacarero. Primero compra una 4x4, por eso han aumentado considerablemente la venta de las 4x4 en esa zona, compra celulares satelitales, compra electrodomésticos sofisticados y compra, también, propiedades inmobiliarias, entonces se produce un “boom” comercial, en el cual también se ha beneficiado un sector de la sociedad, los negocios están trabajando, los hoteles están llenos de viajantes que vienen a ofrecer los productos, los cafés están llenos de gente porque no tienen trabajo, están ahí con su familia hasta las dos o tres de la mañana y así sucesivamente se ha producido un cambio en la composición social de una parte del campesinado que se ha convertido en arrendatario y que ahora vive de renta y no de su trabajo..

Se instalan poblaciones, pero qué pasa con los trabajadores. La soja requiere de poco trabajadores y cuando un lugar se arrienda, los arrendatarios toman la canción de Biglietti como propia: “a desalambrar” y desalambran, porque no tienen ningún problema, ellos los que necesitan son espacios libres. Cuando llegan con esas maquinarias supermodernas, cosechadoras y llegan al límite de un campo arrendado con respecto a otro tiran la tira de computadora y le sacan con precisión de cuanta cantidad de soja levantó, la calidad, etc, etc, y todos los datos necesarios. Dos o tres personas manejan esto. Por lo tanto no sólo emigra a la ciudad cercana el propietario que ahora se convierte en arrendatario, chacarero, sino también emigran los peones que no tienen trabajo, pero no van a la ciudad cercana, no van a comprar 4x4, no van a comprar electrodomésticos sofisticados o celulares satelitales, se trasladan a las grandes ciudades que es en el único lugar donde pueden tener una oportunidad. Ni siquiera a su ciudad cercana y entonces crecen los asentamientos en Buenos Aires, Córdoba, en Rosario. Crece también la marginalidad y la miseria. Ese es el primer efecto negativo que está produciendo la soja.

Vamos a otro punto: hablando de Yabrán y de De Angeli.

De Angeli opera las tierras de Yabrán y uno no sabe si Yabrán se murió o no porque no dejaron hacer el ADN del cadáver. Y no se sabe si De Angeli es un arrendador o un testaferro en la tierras de Yabrán.

Vamos a hacer un pequeño corte en la explicación. Estados Unidos produce el 43 por ciento de la soja, Brasil produce el 25 por ciento, Argentina produce el 17 por ciento, China 9, India el 3 y ya tenemos el 97 por ciento de toda la soja mundial y hablamos de cinco países sobre 226 y esto cinco países producen el 97 por ciento de toda la soja mundial. Uno se puede preguntar por qué otros países no producen, bueno lamen mente, ese tres por ciento faltante lo están aportando Uruguay, Paraguay y Bolivia, que también entraron en el negocio de la soja chacarera.

Pero por qué no planta la Unión Europea soja: vamos a hacer un pequeño recuento de lo que pasó en la Argentina.

En 1970, 95 mil hectáreas estaban dedicadas a la soja. En 1980 eran 2 millones 100 mil. En 1990 eran 5 millones 100 mil. En el 2000 eran 10 millones 300 mil y en el 2007 17 millones de hectáreas dedicadas a la soja. 17 millones de hectáreas sobre 31 millones dedicadas al cultivo significa que la soja ya ocupa más de la mitad del territorio argentino. El monocultivo es una realidad ya, no es una potencia, es una realidad.

En 1970 se producían 176 mil toneladas, 4 millones en 1980, 11 millones en 1990, 25 millones en el 2000 y se pasa a los 47 millones de toneladas en el 2007.

¿Para donde va esa soja?

96 por ciento de esa soja se exporta, 4 por ciento queda en el país para industrializarse o venderse en milanesas o lo que sea, no importa, quiere decir que se trabaja exclusivamente para el mercado internacional. Ahora, como se logran esas 17 millones de hectáreas, en base a qué se logra. La soja tiene algunas ventajas, entre comillas. Esa ventaja es la aplicación de la siembra directa, que quiere decir que yo no tengo que roturar la tierra, directamente la aprovecho como está y si hago esto, significa que no tengo que tener trabajadores en el campo. Pero una vez que yo utilizo la tierra y planto soja tengo que sacar la maleza, por eso la soja que voy a plantar tiene que ser resistente al insecticida o al demalezador que voy a utilizar, al glifosato. El agente naranja que se uso en la guerra de Vietnam para tratar de desfoliar toda una selva para poder encontrar como se desplazan los guerrilleros. Esa es una de las cosas que tenemos que tener en cuenta, estamos envenenando nuestro país.

Vamos a decir como se logran los 17 millones de hectáreas de soja: el arroz pasó de 300 mil hectáreas de sembrado a 160 mil, se perdieron 140 mil hectáreas de arroz, por eso subió el precio del arroz y el argentino paga el precio de que se plante soja en el país. La avena de 180 mil hectáreas pasa a tener solo 60 mil, desaparecen 120 mil hectáreas de avena que pasan a la soja, por lo que subió el precio de la avena y lo paga el argentino. Lo mismo pasó con la ensalada mixta, con la lechuga, el tomate, la cebolla, también con el centeno, el girasol, el lino.

En los últimos diez años la producción de soja más que se cuadriplicó, de 11 millones pasó a los 47 que habíamos mencionado, el girasol cayó a la mitad la producción, de 7 millones de toneladas pasó a 3,5 y el aceite de girasol aumentó muchísimo, el arroz cayó de 1 millón 700 toneladas a un millón, el centeno desapareció, de 120 mil toneladas pasó a mil toneladas, la avena cayó más de la mitad de 550 mil toneladas a 240 mil, el lino casi también desaparece de 850 mil toneladas a 13 mil toneladas. Y todo ese espacio que se perdió en otros productos los ganó la soja, pero eso igualmente, no justifica los 17 millones de hectáreas.

Fuente: www.reportedelasmadres.org

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